Hacerlo
visible para luego denunciarlo.
Santiago
Cirugeda
La Pequeña Historia de
los Colectivos de Arquitectura en España se construye a partir de dos fuentes
documentales. La primera es la revista Arquitectura Viva que en su edición 145
del 2012, publica un
diccionario de colectivos españoles recopilando algunas opiniones y análisis
sobre este fenómeno. La segunda, proviene de una serie de textos publicados en
diversos blogs y sitios Web de los mismos colectivos, que a través de un
ejercicio de autorreferencia se unen a la discusión sobre su rol como
arquitectos contemporáneos.
El ejercicio de lectura
de estos artículos se registra en un instrumento descriptivo representado en
unas fichas de extracción donde se categoriza la información encontrada a
partir de referencias puntuales, fechas y autores.
Esta pequeña historia
tiene dos fuerzas opuestas que producen un choque crítico frente a lo que hoy consideramos
como el ejercicio de la arquitectura. La primera fuerza es la tradición
disciplinar y sus medios de circulación, como la revista Arquitectura Viva, que
publica monografías de arquitectos, propone tendencias y construye los cánones
de la buena arquitectura. La segunda fuerza son los medios alternativos de los
colectivos de arquitectura y su discurso sobre la producción y experimentación
narrativa a través de videos, mapas y modelos de autoconstrucción. Ambas fuerzas
difieren en sus propósitos: la primera promueve el espectáculo a partir de la
construcción de megaproyectos con edificios de alto despliegue tecnológico. La
segunda se preocupa por las prácticas de resistencia representadas en proyectos
de pequeña escala mediados por la autoconstrucción como herramienta y premisa
metodológica de intervención territorial comunitaria.
A esta dinámica de discusión entre la mirada de los
colectivos y la versión de la revista tradicional se denomina en este texto
como El Foro de los colectivos de arquitectura. Un foro que tiene como puntos
de debate la perspectiva ajena de la revista sobre el fenómeno de los
colectivos definiéndolos como una
tendencia o moda con energía joven e ingeniosa, cercana al ámbito de la
innovación. Y en contraposición, se presenta la autodefinición de los
colectivos desde la experiencia viva de sus acciones resumida en el concepto de
cooperaciones.
Los colectivos de arquitectura que hacen parte de este
panorama de prácticas contemporáneas tienen sus antecedentes en la modernidad,
pero hasta hoy salen de los últimos planos a los que fueron relegados por la
crítica, concentrada en la figura del autor y su consagración entre los dioses,
y se vuelven noticia debido a la transformación que le han dado estos grupos a
su oficio como campo de estudio y práctica, y su contribución al desarrollo de las
capacidades[1]
comunitarias para el cambio social[2].
De este modo, el Foro de los colectivos de arquitectura en
España se construye a modo de
autocrítica, como un discurso que se sustenta a partir de acciones,
diseños, imágenes y referentes, que determinan sus prácticas y se convierten en
una invitación a proponer alternativas de arquitectura para el ámbito
comunitario, donde el arquitecto reconoce las problemáticas de desigualdad y
precariedad que lo rodean a partir del intercambio y las economías colaborativas.
Desde esta perspectiva, su arquitectura se aparta radicalmente del espectáculo
de los grandes proyectos y la especulación inmobiliaria de las capitales, y vuelve
su mirada hacia la calle, la pequeña escala, el barrio y las microeconomías propias
de los procesos comunitarios.
Precedentes:
El año 2011 llega con la agitación
de las nuevas generaciones de ciudadanos, que conforman una masa crítica
expresiva e indignada de manera colectiva ante el deterioro del medio ambiente,
las dinámicas desiguales de las leyes del libre mercado y la corrupción en la
representatividad política que residía en el aparato democrático hasta ese
momento,
En España el movimiento llamado 15M
fue uno de los acontecimientos más relevantes de la indignación global[3]
y el accionar de la ciudadanía empoderada de las tecnologías de comunicación
para viralizar sus mensajes como indignados. Fue una aglomeración de grupos
culturales, organizaciones vecinales, políticos, arquitectos, niños, adultos,
que salieron a la calle y se tomaron la
Plaza del Sol en Madrid en un espacio activista.
La organización de la plaza para la
manifestación, zonifica el foro, los lugares de descanso, las guarderías, los
puestos de comunicación. Esta organización colectiva del espacio marca un hecho
significativo de un urbanismo de pequeño formato y efímero, que cualifica la
experiencia activista en sincronización
con las arengas y cánticos.
Los arquitectos salieron a la Plaza
ese 2011 como otros pares indignados, que aportan y disponen su oficio y
narrativas para ayudar a construir los espacios físicos de resistencia y la
estrategia activista de los contenidos que se iban creando durante los
asentamientos. Detallaron los tipos de materiales reciclados que podían usar y
las maneras de transformarlos de manera precisa sin muchas maromas formales buscando
la funcionalidad de estos. El 15M se convirtió en la imagen de las
cooperaciones, de la recursividad y la creatividad en uno de sus mejores
momentos de conversación, y al igual que en otras áreas del conocimiento
replicó a través de los medios de comunicación, en forma de redes sociales, las
prácticas de los arquitectos comprometidos con la causa común.
1.1 2012 Arquitectura viva 145. Colectivos
españoles. Nuevas formas de trabajo: redes y plataformas
La revista Arquitectura Viva como
detonante del Foro de colectivos de arquitectura. La revista Arquitectura Viva ha sido
desde 1988 una publicación influyente en
la cultura arquitectónica contemporánea, no sólo en España sino a nivel global,
que ha marcado una tendencia y construido una constelación de “autores estrella
de la arquitectura”[4]
como figuras representativas en el ámbito mundial, y que la embiste como una
institución que tiene experiencia y autoridad en la crítica de arquitectura. En
octubre del 2012 la revista de Arquitectura Viva público su número
145 bajo el título de “Colectivos
españoles. Nuevas formas de trabajo: redes y plataformas”.
La publicación a la que hasta ahora
nos hemos referido como un (1) artículo, se compone realmente de tres textos y
un catálogo de 48 grupos que se denominan colectivos de arquitectura, y que la
revista denominó como el Directorio de colectivos de arquitectura.
En esta edición desde el editorial
introductorio lanza la primera pregunta sobre la definición de qué es un
colectivo, que luego el Foro de colectivos retomará de manera posterior a su
publicación: (Un colectivo es) “el hecho
de que los equipos, independientemente de su edad, sus sensibilidades afines o
su lenguaje, se organicen según estructuras no piramidales, sino horizontales”. (Revista
Arquitectura Viva, 2012) . En otras palabras: grupos de
trabajo con esquemas horizontales. Lo problemático de esta definición que luego
será incorporada por el Foro, es que libera al colectivo de cualquier
compromiso político y social de la producción y los limita a un formato o
cuestión de practicidad.
El primer artículo “Colectivos
necesarios” del arquitecto y director de la revista Luis Fernández Galeano
despliega en este texto introductorio una serie de referencias históricas,
personales y generacionales a partir de una serie de recuerdos
de su juventud cuando también participó en un colectivo de arquitectura. Estos
comentarios más que referirse a la construcción de edificios hacen alusión a
una etapa de su vida donde tenía más energía que clientes y militaba
políticamente con algún partido clandestino “de la izquierda extrema”.
Luego de estas referencias, plantea
una pregunta de fondo formulada comparativamente,
de dos maneras: “¿Son tan distintos los colectivos de hoy?” “¿Éramos tan
diferentes entonces?” (Galeano, 2012) ; Se pregunta Galeano, haciendo un
repaso de su época rebelde entre anécdotas rápidas y menciones de autores y
políticos destacados. La repetición de estas preguntas y la conclusión de su
texto, con la frase “Y sin embargo ha
transcurrido una vida, y es necesario transitar de nuevo por esas rutas”,
pueden interpretarse como el ejercicio retórico y condescendiente que pretende
darle contexto al fenómeno actual de los colectivos. ¿La mirada de la experiencia
tal vez da todo por hecho?, ¿pone en evidencia lo rancia que puede llegar a ser
una visión que ya no quiere dejarse sorprender?
El artículo que sigue a esa
introducción plantea una mirada más interesada y comprometida sobre los
colectivos de arquitectura: “Notas sobre el “bum”. Los colectivos españoles, un ecosistema
plural” de Iván López Munuera.
El artículo plantea un contexto histórico de la situación española de los
últimos años, que le abre paso a las prácticas de los colectivos de
arquitectura de forma paralela a la burbuja inmobiliaria. Primero habla de un
momento cuando la arquitectura y el urbanismo estaban en uno de sus mejores momentos
prácticos de producción.
El
efecto Guggenheim como el iniciador de esta práctica de reconfiguración
geográfica, formas audaces versus dispendio económico, superficialización de la
cultura, un fenómeno en realidad global y no específicamente de España. A esta
línea se han intentado sumar otras prácticas estudios pequeños que desarrollan
un lenguaje personal y una noción de cooperativa frente a estructuras de
grandes corporaciones. Entre dinámicas especulativas de gran escala y acciones
cooperativas de algunos arquitectos en España, críticos como Kenneth Framptom
califica la ETSAM como la escuela más importante de Europa, se desarrollan
exposiciones como ON-SITE: NEW
ARCHITECTURE IN SPAIN del curador Terence Riley en el MoMA. (Munuera, 2012) .
De manera paralela a este Bum de la construcción y la
arquitectura, Munuera reconoce un “Bum” alternativo que desarrolla “una serie de prácticas que han venido
sucediendo y que han propuesto, construido y debatido una multiplicidad de
alternativas. Casos que no solo son testimoniales, sino realidades
interconectadas en un contexto amplio. Un conjunto de prácticas que se ha
intentado agrupar bajo el apelativo de “colectivo”, pero cuya definición del
término –un grupo de individuos – no se ajusta del todo a la variedad de
experiencias producidas…” (Munuera, 2012) Argumentando así
que los colectivos no se iniciaron por la crisis o la necesidad de trabajo,
sino desde el ejercicio de establecer una posición ética y política de los
arquitectos para ejercer su oficio, en un momento de auge especulativo de la
construcción.
La
tradicional estructura de acceso a la arquitectura, basada en terminar los
estudios académicos, trabajar durante años en un estudio con el que se
establece una línea de continuidad conceptual para después abrir una oficina
con el nombre de uno o varios socios con empleados, se rompe. Desde que tiene
la titulación de arquitecto o incluso antes (gracias a la asociación con otros)
comienzan a proponer proyectos. (Munuera, 2012) .
Esta ruptura viene desde los
estudiantes de arquitectura y jóvenes arquitectos, que deciden emprender nuevas
rutas, no contentos con el panorama establecido que los espera en el oficio. El
reto sería entonces continuar, mantener, y documentar estas prácticas en el
tiempo.
En el caso de los colectivos de
arquitectura: Elaboran la concepción no
jerarquizada del estudio (jefes-empleados) pero no se constituyen como una red
de socios (algunos integrantes pueden estar más vinculados a un proyectos,
otros no, la económica se discute en cada caso) sino una estructura abierta
repensada en cada situación una manera de entender el intercambio (Munuera, 2012) . Se pierde el
interés por la verticalidad de la producción moderna y se despierta el interés
por experimentar otras alternativas buscando esquemas de horizontalidad en la
producción.
De este modo, la relación de los
colectivos de arquitectura con la academia es fundamental, como caldo de cultivo de nuevos cooperantes y
como esfuerzos algunos profesores porque ¿hidratan? la experiencia académica,
como el arquitecto Andrés Perea en la ETSAM: “con el grupo exploración proyectual, promovido por Andrés Perea… la
formación del propio colectivo y la investigación como algo expandido, desde el
VIC señalan la importancia de poder sumar diferentes actores en cada proyecto.”
(Munuera, 2012) . Se
crean inquietudes desde la academia sobre otras formas de hacer que requieren
otras sensibilidades del arquitecto, y que nos llevan a valorar la capacidad de
comunicación en red como una de ellas.
Domenico Di Siena es conocido en el mundo de los colectivos debido a su
participación activa en el grupo Ecosistema
Urbano, y desde su actividad en redes sociales es identificado como
activista urbano. Hace su aporte a la revista con el artículo “Creatividad horizontal - redes, conectores
y plataformas” que posterior a esta publicación, re-publica en su blog de
manera completa.
Di Siena plantea en su texto una
reflexión desde la relación que existe entre la experiencia de la comunicación
en el espacio virtual y los contenidos de arquitectura, situando a los
estudiantes de arquitectura como aquellos empoderados de la Web: “Los estudiantes, antes que los estudios y
otras entidades como los colegios, entendieron Internet como un nuevo medio
donde experimentar con total libertad. En ese momento, se produce un primer
paso hacia la conexión entre academia y sociedad civil” (Di Siena, 2012) . Los estudiantes
son los llamados a la experimentación entre arquitectura y redes sociales,
haciendo grupos de estudios más preocupados por los contenidos de sus
discusiones y planeando acciones en la escala 1 en 1 para manifestarse sobre el
espacio.
Según Domenico, en la década del
2000 se registran las primeras experimentaciones de acciones arquitectónicas de los colectivos:
“Desde
hace diez años la arquitectura ha estado presente en la Red en forma de páginas
web corporativas. Los blogs dedicados a
nuestro sector eran casi inexistentes y las revistas especializadas todavía no
habían detectado el potencial de este medio, pero los estudiantes entendieron
Internet como el nuevo medio donde experimentar con total libertad. Los
colectivos también fueron pioneros en usarlo como herramienta cotidiana. Un
ejemplo muy claro ha sido Basurama, que desde sus inicios ha dedicado siempre
mucha energía a documentar su trabajo en la Web, y que fue pionero en utilizar
el video en Internet como acción crítica”. (Di Siena,
2012)
Aparecen nuevos formatos de
representación que permiten ¿jugar con el espacio?: registrarlo, intervenirlo
de distintas maneras o construirlo y narrarlo de otras formas que no dejan de
ser disciplinares y hechas por arquitectos. Con el espacio Web se dinamizan los
contenidos de arquitectura. Los estudiantes construyen sus propios contenidos,
los comparten y los verifican, se crea una atmósfera de cooperativismos entre
unos y otros, entre ciudades y países, todo esto desde las expresiones de
comunicación que la Web permite.
Doménico, expone también en su
texto, a manera de propuesta, algo que llama la plataforma en red casi
enunciando la evolución de los colectivos de arquitectura:
El
modelo referencial está organizado alrededor del concepto “marca”, el formato
plataforma genera incertidumbre. ¿Sabremos confiar en la reputación de una red
de profesionales más que en un estudio-marca? ¿Seremos capaces de generar
espacio de conexión horizontal pensando en la acciones, además del diálogo? Las
respuestas pueden plantearse de acuerdo a dos
tendencias: una atañe a la ética profesional, ya que las actividades
económicas comienzan a estar relacionadas con la ética personal y un modelo de
vida más atento a las demandas de las comunidades; la otra apunta al
surgimiento de un nuevo profesional que aunará la capacidad de gestionar el
conocimiento con la de generar procesos de inteligencias colectiva.” (Di Siena, 2012)
Con estas
afirmaciones, se entiende que el colectivo de arquitectura debe evolucionar a
un sujeto que actúa en red que puede conectarse y cooperar con diferentes
colectivos, abriendo un espació llamado inteligencia colectiva.
El número 145 de la revista Arquitectura Viva, presenta un
panorama que deja en evidencia algunas relaciones críticas del fenómeno de los
colectivos de arquitectura, los asuntos contextuales que los pueden explicar, y
las relaciones con los avances tecnológicos de la comunicación que hibridan las
tradiciones disciplinares con los lenguajes contemporáneos. Exigiendo otras
formas de contar la historia de la arquitectura ya que las figuras del saber y
el poder, que hasta el momento fueron los libros, los autores y sus obras,
representaban un proceso de producción antipático. Para ellos se trata hoy de experimentar nuevas formas de
hacer más cercanas a la calle, a la comunidad, nuevas formas de ser en la
sociedad. Tal vez, en el caso de los
colectivos de arquitectura la aparición de esta publicación representa lo que
el periódico representó en los años 30s para la crítica literaria y la política
según Walter Benjamin:
En
Europa occidental, el periódico no constituye todavía un instrumento de
producción eficaz en manos del escritor. El periódico pertenece todavía al
capital. Ahora bien, puesto que, por una parte, el periódico representa, en
términos de técnica, la posición literaria más importante, pero que, por otra,
esta posición se halla ocupada por el adversario, no es sorprendente que la
comprensión por parte del escritor de su condicionamiento social, de sus medios
técnicos y su tarea política tenga que vencer enormes dificultades. (Benjamin, 1934)
La revista 145 no es un instrumento
eficaz a favor de los colectivos de
arquitectura porque está ocupada por el espectáculo, la moda; hace parte del
aparato que desarrolla la arquitectura del entretenimiento. Esto es lo que
genera una sospecha crítica, resistente y activa en los colectivos protagonistas
que se manifiesta en la proliferación de artículos que se derivan como
respuestas a la publicación, y termina de constituir el corpus documental del
Foro de los colectivos de arquitectura. A partir de esta conversación los
colectivos dejan de ser noticia para constituirse en foro que expresa una
renovación del oficio en la cultura,
debate y documento, que abre un discurso y unas prácticas puntuales desde los
mismos sujetos inmersos en el fenómeno.
1.2 El
foro de los colectivos de arquitectura en España 2009 - 2015
Entre las acepciones que la Real
Academia Española de la Lengua le da a la palabra “Foro” están: “3. m. Reunión de personas
competentes en determinada materia, que debaten ciertos asuntos ante un
auditorio que a veces interviene en la discusión. 7. m. En la antigua Roma,
plaza donde se trataban los negocios públicos y se celebraban los juicios.”
Estas definiciones nos explica este vocablo como la reunión de expertos sobre
un asunto en un lugar, que tiene una tradición de intercambios sociales,
comerciales y jurídicos. En el presente ensayo el término “Foro” se usa para
describir el intercambio entre autores y grupos que desde el 2009 y hasta el
2015 escriben sobre los colectivos de arquitectura, que al mismo tiempo es la
categoría crítica para nombrar el corpus documental, construido sobre los
colectivos españoles de 2009 a 2015, en esta investigación.
En
el 2009 el Blog Arquitextonica.net del arquitecto Miguel Villegas Ballesta había publicado La conjura de los necios… ¿o son solo
inadaptados?, empezando a señalar las
condiciones y relaciones de la crítica de arquitectura con la Web. En este
artículo se hace referencia a una video-entrevista que el colectivo Basurama le
hace al arquitecto Iñaki Ábalos.
En el año 2012 el periódico El País
publica un artículo titulado “Tras el tsunami de la crisis” de la periodista
Anatxu Zabalbeascoa que anuncia el giro social representado en los colectivos
de arquitectura: “Colectivos españoles
como Zuloark, Paisaje Transversal o los pioneros Recetas Urbanas tienen
intereses más amplios que la construcción de edificios y una preocupación por
la vida de sus conciudadanos que les lleva a encarnarse en la figura del
arquitecto social”.
La reacción de los colectivos de
arquitectura en los blogs a la publicación 145 fue inmediata. Una búsqueda
simple en el navegador y se encuentra 15 artículos que en gran parte se
refieren directamente a la revista. El foro se constituyó en dos canales los
tradicionales como la revista de Arquitectura Nueva, y el periódico El País con
autores como Anatxu Zabalbeascoa y Josep Maria Montaner. Asimismo, y como
protagonistas de su quehacer están los blogs, sitios o plataformas Web de los
propios colectivos como: el blog de Paisaje Transversal, la
página del colectivo Todo Por La Praxis, Blog
de la Fundación Arquia, y la revista digital Arquitextonica.net. En
recuento son al menos 16 espacios virtuales que albergan los 33
artículos.
Los asuntos de los que trata el foro
son:
● Los colectivos construyen sus
propios medios de circulación.
● Sus aliados son las organizaciones
sociales y culturales, desarrollan proyectos mediante la autogestión y dineros
públicos.
● Los colectivos no están constituidos
como un modelo de negocio. No obstante, la
discusión sobre la sostenibilidad económica de sus integrantes es un
tema relevante para estos grupos.
● La producción de proyectos en
situación de precariedad económica desarrolla su capacidad para trabajar con
los materiales y las herramientas que tienen a la mano.
● Las prácticas de los colectivos
tienen también un propósito pedagógico donde todos aprenden algo mediante la
autoconstrucción.
● Los colectivos hacen parte de la
realidad social actual, como modelos prácticos para afrontarla.
● Los colectivos de arquitectura alienan al individuo.
● El arquitecto activista hace parte
de los colectivos de arquitectura.
● Los colectivos de arquitectura trabajan en red en búsqueda de
inteligencias colectivas.
● Los colectivos son parte de la
contra cultura.
● Los
colectivos buscan mediante sus prácticas una manera de establecer una agenda
común (sin fagocitar o anular completamente las agendas particulares)?
● Los colectivos se preguntan sobre las formas
de abrir-compartir-producir-distribuir recursos y capitales.
Posiblemente hasta que la revista
propuso su mirada sobre los colectivos, estos grupos no habían tenido antes una
discusión tan amplia, registrada y documentada al respecto: “deriva del hacer, que generamos mucho ‘ruido’, que somos grandes
productores-emisores de contenido, pero no nos paramos lo suficiente a
escuchar” (Amaste, 2012). Hoy
los colectivos siguen escribiendo pero el 2012 fue el año donde se dieron el
tiempo para hacer sitio y evaluarse. A partir de 2012 los colectivos han
comenzado a evaluarse a sí mismos.
1.3 La
forma dialéctica en las tres escalas de acción
los colectivos de arquitectura
La construcción de discurso que
hacen los colectivos de arquitectura está mediada por la comunicación
entre dos ámbitos el local y global,
gracias a los avances tecnológicos de la Web y sus dispositivos. La
presencialidad de las prácticas representada en la autoconstrucción va
acompañada por la necesidad de registrar cada instante de la experiencia
colectiva, con el objetivo de documentar y compartir el conocimiento
experimentado; tejiendo el discurso de las prácticas frente a la creación de
contenidos y la producción en la discusión entre pares o comunes territoriales,
tanto como la red de cooperaciones que trasciende el ámbito local.
Esta
construcción de discurso se desarrolla entonces en tres escalas siempre
relacionadas en los ámbitos local y global. Estas definen el lugar donde se
desarrollan proyectos, el escenario donde se da el debate crítico de sus
prácticas y representaciones, para luego terminar en los aparatos de gestión y
cooperación internacionales. Las
tres escalas del discurso de los colectivos de arquitectura son: La práctica 1 en 1, el Territorio próximo, los Intercambios internacionales.
La escala 1 / La práctica 1 en 1
Es la escala de la técnica, donde se
evidencia la experiencia de la autoconstrucción como uno de los factores
diferenciadores de las otras maneras de hacer arquitectura contemporánea,
llevando los proyectos a una escala pequeña que en ocasiones se desarrolla con
materiales reciclados. Son proyectos que se comparten como prototipos de código
abierto y que se replican, adaptan y reproducen creando redes de cooperaciones
transpresenciales.
Arquitectura de acción sobre el
espacio que busca activarlo y reprogramarlo mediante acciones específicas de
autogestión como huertos comunitarios, espacios de encuentro, foros, mobiliario
multiuso. Esta forma de hacer arquitectura se caracteriza por su producción de
bajo costo, la experimentación de detalles contractivos con materiales
reciclados, el uso de materiales cercanos a los lugares de acción.
Un ejemplo de este tipo de
producción se puede entrever en las definiciones que hace el colectivo Todo por
la praxis sobre su práctica:
·
Visibilización: agit pro,
arquitectura de guerrilla.
·
Vacíos Urbanos Autogestionados VUA:
activación de solares, huertos urbanos y jardines comunitarios.
·
Acupuntura Urbana: activación de
espacios públicos en desuso, empoderamiento ciudadano y apropiación
·
Recursos colectivos: prototipos,
arquitectura de código abierto, recursos distribuidos open source.
·
Dispositivos móviles: mobiliario,
infraestructura portátil, equipamiento móvil.
·
Transformaciones Urbanas
Participativas: reutilización colectiva de recursos urbanos inutilizados,
edificios vacíos o en desuso, esqueletos urbanos, economías cooperativas” (Todo por la Praxis, 2012)
La producción a esta escala no se
concibe como un objeto sino como un proceso abierto, que invita directamente a
cooperar, y aunque tiene un inicio y final, esta última etapa no se asume como
terminación pues la producción continúa a través del aprovechamiento de los
materiales y sus posibilidades de re-uso. La práctica de producción técnica 1
en 1 para el colectivo también es el ejercicio retórico que construye la
voluntad común de los inquietos, porque los colectivos, como lo resume Zuloark, “preferimos
‘hacer’ que ‘ser’”.
La escala 2/ Territorio próximo
No es la escala de un territorio
físico inmediato, que en todo caso sería para los colectivos el contexto más
físico y material de la producción 1 en 1, para una comunidad, con una
comunidad o en una comunidad.
Es el territorio de construcción de
una identidad respecto a la arquitectura y a la cultura, con signos, imágenes,
estéticas, principios y formulas comunes. Es la construcción de contenidos
locales que permiten desarrollar definiciones características de la producción
local, desde construir medios de comunicación propios hasta el debate sobre la
preguntas por la sostenibilidad de sus prácticas en el futuro.
Un ejemplo de esto son los 34
artículos sobre los colectivos en España, donde se puede sustraer la posición
discursiva y crítica sobre la producción que ellos mismos hacen en modo
autorreferencial. Se relaciona también con la construcción de un lenguaje
compartido que los colectivos desarrollan sobre sus propios contenidos, que
dinamizan a través de sus medios de documentación y comunicación, y donde
evidencian las similitudes y diferencias que tienen con la tradición de la
arquitectura.
La arquitectura hace de la imagen una herramienta para
proyectar ideas e imaginarios del espacio. No obstante los colectivos usan este
recurso de manera diferente, acentuando el tono crítico a través de la yuxtaposición
de la rigurosidad técnica arquitectónica, el arte, la fotografía y la pintura,
con el sentido del humor y las referencias populares representadas en Memes[5].
El Foro de los colectivos de
arquitectura es el ejemplo de esta escala del discurso donde se construye las
referencias teóricas y prácticas que hoy permiten estudiar los colectivos en
España y que abre un espacio en la historia de la arquitectura de ese país e
influye en otros países como “Fórmulas
para afrontar la actualidad.” (Sánchez, 2014). Dentro del Foro los
colectivos exponen los aspectos esenciales de su producción que es más
eficiente y contextualizada para las comunidades porque ellas son las co-protagonistas
de las etapas de diseño, construcción y ocupación de los espacios junto a los arquitectos.
Estas prácticas construyen otras relaciones con el capital a partir de la
autogestión de los materiales que van desde el aprovechamiento de residuos
(reciclaje), el financiamiento colectivo y la identificación de problemáticas
sobre el espacio en los escenarios de participación comunales.
Los colectivos son: Prácticas que toman parte en la
construcción de la ciudad al tiempo que expanden y redefinen sus formas de
gobernanza. Una amplia geografía de espacios gestionados por los vecinos y
habitantes ha emergido en Madrid en los últimos años, y en ella hay un actor de
relevancia (no el único) que ha aportado una singular experticia material y
sensibilidad urbana: los llamados colectivos de arquitectura, una denominación
que señala a agrupaciones de jóvenes (normalmente) arquitectos/as (aunque no
únicamente) surgidas en la última década. (Estalella, 2015).
Entre la Escala del territorio próximo
y la Práctica 1 en 1 se identifican los valores de la producción y la crítica
del fenómeno colectivo a través de las prácticas y los debates de los
arquitectos impulsores de esta perspectiva, que marcaron los acontecimientos
importantes para esta pequeña historia. Tal y como lo menciona Pepe Martínez[6]
en el artículo que publicó en su blog con el título Arquitectura Viva 145; El
Club de Debates Urbanos[7]
es considerado el abuelo de estas prácticas, y el arquitecto Santiago Cirugeda es el maestro de la
resistencia. Ambos evolucionaron e inspiraron a colectivos de arquitectura como
Basurama, entre otros grupos que
hacen parte de este Foro.
La escala 3 / Intercambios internacionales
Es la circulación del discurso en el
escenario internacional, donde las prácticas locales trascienden y se
convierten en documentos del conocimiento vivido y replicado a través de la
escala 1 en 1 y el escenario definido en la escala de los comunes. Los
colectivos de arquitectura construyen sus propias redes de cooperaciones que
permite la gestión de intercambios, talleres y compartir el conocimiento con
otros gestores culturales, museos, universidades y todas las instituciones que
sean mediadores de agendas colectivas.
Los contenidos que producen los
colectivos son también espacios donde el arquitecto proyecta, diseña y
construye, ya no en términos del mundo análogo sino en la dimensión virtual,
como recursos que tienen a la mano y que les permite a partir de las
características de la Web comunicar sus posturas y prácticas en un lenguaje
multimedial, hipertextual e interactivo, y sobre todo, común, a partir de tres
cuestionamientos clave: ¿Qué es un colectivo? ¿Qué arquitectura hace? ¿Para qué
y quienes lo hacen?
El formato que toma esta escala es
el de la comunicación Web distribuida y activa. La interfaz, de la cual podemos
hacer una analogía con los Congresos Internacionales de Arquitectura Moderna y
su manera de propiciar el encuentro y las discusiones sobre el urbanismo y arquitectura
en función de las problemáticas de su época, sirve para definir los tópicos de acción y construir un lenguaje
global de las prácticas, puestas a prueba en sus en sus propios territorios.
En los colectivos de arquitectura
este encuentro equivale a espacios Web como Arquitecturas Colectivas[8] que
funciona en forma de una red de proyectos colectivos donde se comparten las prácticas de autogestión y
resistencia urbana en sus entornos inmediatos. “La red Arquitecturas Colectivas nació del encuentro que se celebró
entre diversos colectivos en Córdoba en septiembre de 2007, a partir de la
propuesta Camiones, Contenedores, Colectivos de Santiago Cirugeda”. Esta red se fue configurando con el
tiempo como una plataforma de cooperación internacional que hasta el 2015
notifica 111 iniciativas registradas aproximadamente de diferentes parte del
mundo en: Europa, 97 proyectos; Suramérica, 8 proyectos; Centro América, 5
proyectos; Norte América, 1 proyecto. Allí se pueden encontrar referenciados
grupos como Basurama, Zuloark y Recetas Urbanas.
Todo
parte de la práctica a escala 1 en 1
como la base donde se experimenta otras formas de hacer arquitectura y que se
documenta para luego llamar a debate, para compartir y evolucionar la técnica y
la experiencia de producción. Este intercambio permite desarrolla lenguajes y
cooperaciones en los territorios
próximos a las practicas porque son varios lo que hacen cosas y estos mismo
son los que las discuten, creando sus propios medios para hacer circular esa
producción en sus territorios. Esa circulación alcanza el punto de una tercera
escala, las cooperaciones internacionales, donde se pueden intercambiar todas
las experiencias y los conocimientos documentados más allá del territorito
próximo.
Estas tres escalas describen la
forma de producción y circulación del discurso de los colectivos, y su voluntad común en la dinámica local-global,
dando a conocer en la agenda pública los procesos y las maneras de hacer
arquitectura desde la base, valorando la resistencia y transformando la profesión
arquitectónica tradicional subsumida en el mercado. En estas formas alternativas
se puede reconocer el momento de una crítica a las funciones de la figura del autor
en arquitectura que hoy se identifican con el espectáculo y el gran capital.
Las prácticas de los colectivos se acomodan a las necesidades y características
del lugar, hacen sitio e intentan
renovar el deber ser y el quehacer de la profesión.
MUESTRA GRÁFICA:
[4]
Star system, término usado por críticos como Beatriz Colomina y William
Curtis para hacer referencia al mercado internacional de la arquitectura como
marca y la figura social de los arquitectos que están inmersos en él. Ver por
ejemplo el artículo publicado en el
diario El País, La crisis del 'star system' de William J. Curtis del 12 de
Abril de 2008: “En este sistema, la arquitectura
pierde el alma y se vulgariza como una forma de publicidad” (2016, 25
de abril). Periódico El País. Fecha de consulta: 15:11, abril 25, 2016 desde: http://elpais.com/diario/2008/04/12/babelia/1207957150_850215.html
[5] Meme:El término
meme de Internet se usa para describir una idea, concepto, situación, expresión
manifestado en cualquier tipo de medio virtual, cómic, vídeo, textos, imágenes
y todo tipo de construcción multimedia
que se replica mediante internet de persona a persona hasta alcanzar una amplia
difusión.1 Los memes pueden propagarse
mediante un hipervínculos, foros, imageboards, sitios web y cualquier otro
difusor masivo, sobre todo, como lo son hoy en día las redes sociales. El
concepto de meme se ha propuesto como un posible mecanismo de evolución
cultural.1 Las estrategias publicitarias de mercadotecnia viral se basan en la
propagación de memes para promocionar un producto o concepto.
Memes: (2016,
23 de marzo). Wikipedia, La enciclopedia libre. Fecha de consulta: 09:02, marzo
23, 2016 desde https://es.wikipedia.org/wiki/Meme_de_Internet
[7] Club de Debates
Urbanos: “Hace ya dieciocho años, un grupo de arquitectos, relacionados con
la ciudad, junto a otros profesionales, entendimos que debíamos afrontar esa
situación, que no podíamos resignarnos a la indiferencia y el desánimo que iban
extendiéndose en la hasta entonces pujante vida cultural y en las entidades
ciudadanas que habían protagonizado la recuperación democrática madrileña. La
motivación inmediata fue un acontecimiento catastrófico, que, por su propio
estrépito, no sólo concitó la atención sobre él, sino que “iluminó” también el
territorio al que surgía, en todas sus quiebras, sus desgastes, que hasta
entonces no habíamos llegado a percibir en toda su extensión. Ese
acontecimiento fue la llamada Reforma (perforada) de la Plaza de Oriente,
propulsada por el Ayuntamiento en 1992.”
[8] Arquitecturas
Colectivas es una red de personas y colectivos interesados en la
construcción participativa del entorno urbano. Esta red proporciona un marco
instrumental para la colaboración en diferentes tipos de proyectos e
iniciativas. Desde sus inicios en 2007, la red ha ido creciendo mediante las
aportaciones de diversos agentes, habitantes inquieto@s, activistas urbanos,
alumn@s y docentes, artistas y gestores culturales, paisajistas y ecologistas,
urbanistas y arquitect@s, politólog@s y juristas, antropólog@s y sociólogos,
hackers y cooperativistas..., en definitiva, un amplio abanico de seres humanos,
con ganas de sentir un poco más próximo el medio en el que habitamos. Página
Web http://arquitecturascolectivas.net/ayuda Fecha de consulta: 11:30, febrero 23, 2016
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