“El
hombre es, por naturaleza, sino un animal político, como entiende Aristóteles,
por lo menos si un animal social”. (Marx, 1867)
Un lugar (barrio), una organización autogestora (comunidad),
una agenda colectiva (proyectos).
Una organización de vecinos desarrolla actividades
comunitarias como: huertas urbanas, cineclub, costureros, trueques, coordinadas
y autogestionadas por la organización y
las cooperaciones entre vecinos. Con el tiempo estos encuentros y procesos se fortalecen
en una agenda comunitaria que necesita espacios propios que mejoren las
condiciones físicas de la experiencia colectiva entre vecinos.
El colectivo de arquitectura es invitado por la comunidad
(vecinos) a ser parte de las jornadas de trabajo cooperativas. Esta invitación
implica participar, gestionar los recursos necesarios
para los proyectos de cualificación espacial, hasta la planeación y el diseño
de la obra de autoconstrucción. En este proceso aparecen las asambleas, los
convites, las fiestas, y los encuentros creativos integrando a los colectivos
como un vecino más del barrio.
Estas jornadas de trabajo cooperativo pueden originarse
desde una organización vecinal, un grupo de artistas, deportistas, huerteros,
hackers, escritores, y cualquier grupo auto-reconocido que plantea unas
necesidades específicas frente al territorio que habita. Luego de la
identificación del proyecto y la definición de los aliados, se establecen una
estrategia de gestión que se divide en financiamiento colectivo (dinero y
materiales) y creación colaborativa (productores), representados en pequeños
formatos como “todos ponen” o “la vaca”, hasta la obtención de dineros públicos
por medio de concursos o convocatorias directas y donaciones provenientes de la
empresa privada.
Este proceso de gestión experimenta otras formas de
intercambio que no se rigen por el dinero sino por el objetivo de participar y
tener autonomía en los procesos de construcción de ciudad desde la micro escala:
su lugar, su barrio, su ámbito.
Un ejemplo de la autogestión de estas organizaciones
sociales es el Autobarrio San Cristóbal, proceso que inició en enero de 2012 en el barrio madrileño de San
Cristóbal de los Ángeles, coordinado por el colectivo Basurama.
En la primera etapa de este proyecto se hizo un inventario
de los procesos existentes de las organizaciones vecinales:
“De
los encuentros nació una plataforma integrada por diferentes asociaciones
locales con los que se definió, Autobarrios San Cristóbal, como un proceso
colectivo de reactivación de un lugar abandonado, reinventando su función y
uso, mediante la construcción de un espacio urbano sugerente por y para los
jóvenes y vecinos del barrio.” (Basurama)
Este tipo de cooperaciones territoriales puede ser una
característica diferencial de la arquitectura que hacen los colectivos respecto
a las otras prácticas actuales del mercado profesional, porque exigen nuevos
procesos de diseño y construcción donde la comunidad y los arquitectos definen organigramas
y cronogramas alrededor de la autogestión, el diseño participativo y la autoconstrucción.
Si revisamos los ejemplos que
ilustran las cooperaciones del capital planteadas por Marx en El Capital, crítica de la economía
política , Capitulo XI Cooperación,
se encuentra en la experiencia de cooperar una atmósfera de trabajo entre
varios, que amplifica la fuerza y crea la figura del obrero colectivo. Esta
valoración de lo cooperativo remueve el interés por el capital y establece la experiencia de producción a través
de una coreografía de fuerzas y propósitos para hacer cosas. Estos propósitos o
intereses pueden ser diversos, por ejemplo, buscar otras maneras de hacer
arquitectura que deriven otras formas de relación con el capital, y tal vez, otras
clases de cultos como el culto al proceso.
Cuando los peones albañiles forman una cadena
de manos para subir los ladrillos desde el suelo hasta lo alto del andamio,
cada peón realiza el mismo trabajo y, sin embargo, estos trabajos forman otras
tantas partes continuas de una operación total, otras tantas fases que cada
ladrillo tiene que recorrer en el proceso de trabajo y por medio de las cuales
las 24 manos del obrero colectivo, suponiendo que sean 24, lo expiden a lo alto
del andamio mucho más rápidamente de lo que lo harían las dos manos de un solo
obrero, que tuviese que subir y bajar el andamio cada vez (Marx, 1867) .
La arquitectura de los colectivos
tiene su enfoque en lo social y comunitario, en una perspectiva desde la
micro-política y una capacidad de organización y gestión vinculadas en su
mayoría a los procesos sin ánimo de lucro y algunas veces altruistas. Estas
cooperaciones toman forma en la autoconstrucción como una experiencia de producción
propia que desarrolla técnicas para poder materializar diversas economías y
energías colectivas en los lugares donde se desarrolla.
La autoconstrucción permite la
transformación de los esquemas de producción que anteponen el proceso como una
metodología que se reproduce creando un flujo de discusión entre los colectivos
de arquitectos que buscan una nueva subjetividad y sensibilidad del deber ser y
hacer de la profesión hoy. Las cooperaciones representan el capital y las colaboraciones
hacen lo colectivo, y en esta relación, los colectivos de arquitectura juegan
con las dos.
El arquitecto de los colectivos tiene
rasgos del autor-productor teorizado por Benjamin y comportamientos de trabajo
cooperativo descritos por Marx. Su perfil como sujeto se puede sintetizar a
partir de estos rasgos de la historia crítica y de los planteamientos
presentados en el corpus documental de la Pequeña historia y el Atlas:
-
Tiene como prioridad el conocimiento
colectivo, en
función de la apropiación comunitaria de los espacios, y no sólo el ejercicio
mercantilista de intercambiar servicios por honorarios.
-
Asume la responsabilidad sobre los
proyectos en el contexto de las necesidades priorizadas por las (sus)
comunidades.
-
Trabaja entre pares (comunes) y
gestiona las iniciativas bajo la premisa de lo común.
-
Establece relaciones con el Estado
como técnico y activista.
-
Promueve el buen vivir en la lógica
del aprovechamiento de los recursos, desde una conciencia económica (administración de la casa),
y ecológica (administración de los recursos) de las intervenciones en el
territorio.
-
No es un diseñador ni solo un
constructor, es un técnico polifacético en el campo de la producción, que no necesita ser un experto en
todo, reconoce la diversidad cultural y
colectiva, y sabe cómo funcionan los procesos asumiendo un rol encaminado al
objetivo común.
-
Se deja sorprender por el saber
popular y lo combina con el conocimiento académico.
-
Desarrolla habilidades multimedia,
hipertextuales e interactivas a través de la creación, producción y comunicación de sus
propios contenidos y medios de comunicación.
-
Sus amigos son los ídolos
-
Promueve la promiscuidad creativa.
-
Se comunica bajo un formato de red
distribuida.
-
El arquitecto de lo colectivo es
revolucionario
y por eso tiene sus propias redes de cooperaciones.
4.1 La
comunicación de los colectivos
La cooperación y la colaboración no se pueden separar porque
esta unión permite la experimentación con nuevos formatos económicos,
participativos, formales y discursivos. Las
cooperaciones permiten extender el radio
de acción del trabajo. (Marx,
1867) ,
y las colaboraciones la capacidad de gestión de las herramientas cooperativas.
El valor de las cooperaciones depende de la réplica del
conocimiento de una manera redistribuida. Hoy los colectivos de arquitectura se
acogen al método de sumar personas, otros nodos, y otras redes, para la
construcción del espacio común. Establecen formas renovadas que permiten
combatir las pretensiones del mercado inmobiliario. Como una “refuncionalización de la forma del
concierto, que debía cumplir dos condiciones: suprimir la oposición entre el
ejecutante y el oyente y suprimir la oposición entre la técnica y el
contenido.” (Benjamin, 1934) .
La Web es un recurso permanente, itinerante y amplificado
que sigue los procesos en tiempo real y posibilita compartir y convocar a las
jornadas de autoconstrucción. Haciendo que las redes de comunicación de los
colectivos sea una de las herramientas principales que fortalecen su capacidad cooperativa
y de intercambio de conocimiento local-global. De esta manera la experiencia y
los aprendizajes ya no sólo están inmersos en los espacios y tiempos
específicos de los proyectos, sino que se extienden y abren a otros territorios
como una forma de inteligencia colectiva y de gestión para la cooperación
internacional:
Un
conjunto articulado de motivos del ser, una continua y dinámica genealógica
foucaultiana, hileras de trabajo, dinámicas productivas. Hay que distribuir
ampliamente pequeñas dosis de veneno, acumulación de sabotajes, polución de
acciones contrarias.
(Negri, 2000)
.
La creación de contenidos locales con base en la
autoconstrucción se acompaña del registro y la documentación de los procesos
que circulan en la Web. Hoy es posible encontrar diferentes sitios Web
especializados en el encuentro y la gestión de estos contenidos que se
complementan con mapas y bases de datos como herramientas para la gestión,
esenciales para la continuación sostenible de los proyectos.
Un ejemplo de herramientas para la
circulación de conocimiento local es el proyecto Inteligencias
Colectivas 2.0[1] que
tiene un archivo en desarrollo sobre detalles constructivos de inteligencia
material y cultural en diferentes lugares del mundo. Es un compendio de
detalles no industrializados que se
pueden usar en cualquier lugar, si las condiciones del contexto lo posibilitan.
También está New Generations[2] un directorio de agentes que plantearon
en la post-crisis del 2008 una serie de prácticas colaborativas y alternativas
en la Unión Europea. Bajo esta misma línea aparecen colectivos como Zuloark, Basurama entre otros.
4.2 El
aparato de los colectivos de arquitectura
Jean
Louis Déotte en
el libro “La época de los aparatos”, define
que el pasaje es según Walter Benjamin el aparato, especie de conjugación técnica
y simbólica, propio
del nuevo espacio urbano que es la metrópoli: lo que había instituido a este siglo como época: este aparato, a
diferencia de Marx, no fue buscado del lado de lo que es la clave de la
ideología como producción de la cámara
obscura, a saber, las relaciones de producción y el estado de las fuerzas productivas. Lo encontró por lo contrario, en
lo que sería más bien la superestructura para un marxista: la cultura, la
cultura política (la utopía), el urbanismo, la arquitectura de vidrio y de hierro,
la exposición de las mercancías, los nuevos comportamientos como la colección,
la Flâneur, la sexualidad tarifada,
etc.” (Déotte, 2013) .
Hoy tenemos nuevas necesidades y logros
tecnológicos que caracterizan la forma en la que nos comunicamos a nivel
económico, político y social. La Web es un instrumento de acceso cotidiano que
alberga y dinamiza mapas, bases de datos, periódicos y revistas, redes
sociales, pornografía, licencias copyright y copyleft, compras virtuales,
videojuegos, entre otras (muchas) experiencias que permean la arquitectura y la
base cultural del hacer de los colectivos.
La documentación abierta y
autopublicada es un asunto estructural para la gestión del conocimiento
colectivo que permite una definición de una narrativa propia y diferencial con
la tradición arquitectónica, que fortalece desde el mundo simbólico y práctico
las cooperaciones en las espacialidades.
La forma de comunicación de los
colectivos de arquitectura en la Web establece el reto que Jean Louis Déotte define
como “la sensibilidad” a la que Benjamin se refiere: “Benjamin fue el primero en abrir un nuevo “régimen del arte”… será la
tarea de los intelectuales y de los artistas: ser sensibles a paquetes de
afectos, errantes, no inscriptos por la historiografía e irrelevantes para la
institución jurídica.” (Déotte, 2013) . La visión crítica sobre estas sensibilidades,
o capacidades de los colectivos en el ámbito de la arquitectura invita a la
revisión constante del discurso y la producción, siendo coherente con los
“estados beta” (en construcción) que conciben los objetos, los espacios y las
comunidades como procesos vivos que se autorregulan en la dinámica cooperativa.
Los arquitectos de los colectivos
son inquietos, heterodoxos, quieren otra manera de hacer arquitectura y otro
deber ser de la profesión. Las acciones de los colectivos, que son al mismo
tiempo cuestionamientos, se aglomeran en
el espacio virtual del encuentro como caldo de cultivo para estudiantes y
jóvenes arquitectos que tienen la potencialidad de convertirse en nodos de
arquitectura colectiva, como una alternativa
al trabajo convencional que ya existía y que la crisis ha visibilizado y
potenciado. Son grupos creativos y activistas que buscan y encuentran
posibilidades para realizar sus proyectos y los del entorno social. Su objetivo
es proyectar y hacer cosas útiles y significativas con pocos medios y recursos,
a medida que se va plasmando una posible ciudad de la nueva subjetividad y un
urbanismo alternativo, trabajado en red y con los futuros usuarios”. (Montaner, 2013)
Como
dijo Benjamin: “casi todas las épocas,
según sus disposición interna, parecen desarrollar un problema constructivo
determinado: el gótico las catedrales, el barroco el castillo, y el incipiente
Siglo XIX, con su tendencia retrospectiva de dejarse impregnar por el pasado,
el museo” (Benjamin, Libro de los pasajes) . ¿Cuál es la problemática constructiva de
hoy? Los colectivos de arquitectura, con
sus prácticas participativas y de autoconstrucción hacen parte del paquete de condiciones
contemporáneas que marcan esta época, reconocen la necesidad contemporánea que
llega con la Web y construyen las nuevas formas y dispositivos de
comunicación que están revolucionando la ciudad moderna de Le
Corbusier.
La ciudad moderna de Le Corbusier
es de nuevo un complejo urbanístico junto a una carretera principal, donde
circulan automóviles y que en medio de este complejo aterrizan aviones, lo
cambia todo. Hay que intentar situarse aquí
para lanzar al siglo XIX la mirada requerida, creadora de formas y distancias. (Benjamin, Libro de los pasajes) . Posiblemente
las cooperaciones de los colectivos exigen
situarse en el lugar donde circulan
sus prácticas y discusiones, para mirar
desde ahí las formas y las distancias creadas en sus dinámicas locales y
globales. Estos aprendizajes documentados en la Web hacen parte del aparato de
los colectivos de arquitectura pone a circular la autoconstrucción como la
forma principal de las cooperaciones revolucionaras que tienen interés en la función
social del arquitecto.
Este ejercicio comunicativo de los
colectivos en la Web puede intoxicar la
figura del crítico clásico, en contraposición al nuevo crítico, el crítico
productor, que se embriaga pero no pierde la razón porque tiene una causa que
lo hace resistir.
[1] Cada lugar del mundo posee su propio abanico de técnicas
constructivas. La coexistencia de diversos calados de industrialización y
desarrollo económico permiten que las viejas técnicas artesanales que subsisten
se mezclen con productos semi-industriales y mantengan su vigencia en entornos
poco estandarizados. De este modo, las soluciones constructivas sin
planificación arquitectónica trascienden, generando una gran variedad de
procedimientos sobre los que existe una sabiduría popular heredada, pero corregida
y combinada con un alto grado de improvisación en términos de materiales y
técnicas de nuevo cuño. Inteligencias colectivas. Página web. http://www.inteligenciascolectivas.org/what-is/ Fecha de consulta:
21:31, enero 20, 2016
[2] Nuevas
Generaciones (NG) fue concebido por Gianpiero Venturini (Itinerante Oficina) en
2012, con el objetivo de crear una plataforma europea de jóvenes estudiantes y
empresas de arquitectura, una red basada en la colaboración y el intercambio
cultural.
La
idea del proyecto proviene del deseo de entender cómo la profesión ha ido
cambiando en los últimos años, ya que la crisis económica en 2008: muchos
estudios de jóvenes tuvieron que adaptarse a las diferentes escenas de trabajo,
proponiendo nuevos modelos de trabajo que implicaba la colaboración con otros
campos. New Generations Pagina Web http://www.newgenerationsweb.com/about-3/ Fecha de
consulta: 21:31, enero 20, 2016
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