1. PEQUEÑA HISTORIA DE LOS COLECTIVOS DE ARQUITECTURA ESPAÑA 2009-2015

Hacerlo visible para luego denunciarlo.
Santiago Cirugeda

La Pequeña Historia de los Colectivos de Arquitectura en España se construye a partir de dos fuentes documentales. La primera es la revista Arquitectura Viva que en su edición 145 del 2012,  publica un diccionario de colectivos españoles recopilando algunas opiniones y análisis sobre este fenómeno. La segunda, proviene de una serie de textos publicados en diversos blogs y sitios Web de los mismos colectivos, que a través de un ejercicio de autorreferencia se unen a la discusión sobre su rol como arquitectos contemporáneos.

El ejercicio de lectura de estos artículos se registra en un instrumento descriptivo representado en unas fichas de extracción donde se categoriza la información encontrada a partir de referencias puntuales, fechas y autores.

Esta pequeña historia tiene dos fuerzas opuestas que producen un choque crítico frente a lo que hoy consideramos como el ejercicio de la arquitectura. La primera fuerza es la tradición disciplinar y sus medios de circulación, como la revista Arquitectura Viva, que publica monografías de arquitectos, propone tendencias y construye los cánones de la buena arquitectura. La segunda fuerza son los medios alternativos de los colectivos de arquitectura y su discurso sobre la producción y experimentación narrativa a través de videos, mapas y modelos de autoconstrucción. Ambas fuerzas difieren en sus propósitos: la primera promueve el espectáculo a partir de la construcción de megaproyectos con edificios de alto despliegue tecnológico. La segunda se preocupa por las prácticas de resistencia representadas en proyectos de pequeña escala mediados por la autoconstrucción como herramienta y premisa metodológica de intervención territorial comunitaria.

A esta dinámica de discusión entre la mirada de los colectivos y la versión de la revista tradicional se denomina en este texto como El Foro de los colectivos de arquitectura. Un foro que tiene como puntos de debate la perspectiva ajena de la revista sobre el fenómeno de los colectivos definiéndolos como una tendencia o moda con energía joven e ingeniosa, cercana al ámbito de la innovación. Y en contraposición, se presenta la autodefinición de los colectivos desde la experiencia viva de sus acciones resumida en el concepto de cooperaciones.

Los colectivos de arquitectura que hacen parte de este panorama de prácticas contemporáneas tienen sus antecedentes en la modernidad, pero hasta hoy salen de los últimos planos a los que fueron relegados por la crítica, concentrada en la figura del autor y su consagración entre los dioses, y se vuelven noticia debido a la transformación que le han dado estos grupos a su oficio como campo de estudio y práctica, y su contribución al desarrollo de las capacidades[1] comunitarias para el cambio social[2].

De este modo, el Foro de los colectivos de arquitectura en España se construye a modo de  autocrítica, como un discurso que se sustenta a partir de acciones, diseños, imágenes y referentes, que determinan sus prácticas y se convierten en una invitación a proponer alternativas de arquitectura para el ámbito comunitario, donde el arquitecto reconoce las problemáticas de desigualdad y precariedad que lo rodean a partir del intercambio y las economías colaborativas. Desde esta perspectiva, su arquitectura se aparta radicalmente del espectáculo de los grandes proyectos y la especulación inmobiliaria de las capitales, y vuelve su mirada hacia la calle, la pequeña escala, el barrio y las microeconomías propias de los procesos comunitarios.

Precedentes:

El año 2011 llega con la agitación de las nuevas generaciones de ciudadanos, que conforman una masa crítica expresiva e indignada de manera colectiva ante el deterioro del medio ambiente, las dinámicas desiguales de las leyes del libre mercado y la corrupción en la representatividad política que residía en el aparato democrático hasta ese momento,

En España el movimiento llamado 15M fue uno de los acontecimientos más relevantes de la indignación global[3] y el accionar de la ciudadanía empoderada de las tecnologías de comunicación para viralizar sus mensajes como indignados. Fue una aglomeración de grupos culturales, organizaciones vecinales, políticos, arquitectos, niños, adultos, que salieron a la calle  y se tomaron la Plaza del Sol en Madrid en un espacio activista. 

La organización de la plaza para la manifestación, zonifica el foro, los lugares de descanso, las guarderías, los puestos de comunicación. Esta organización colectiva del espacio marca un hecho significativo de un urbanismo de pequeño formato y efímero, que cualifica la experiencia activista en  sincronización con las arengas y cánticos.

Los arquitectos salieron a la Plaza ese 2011 como otros pares indignados, que aportan y disponen su oficio y narrativas para ayudar a construir los espacios físicos de resistencia y la estrategia activista de los contenidos que se iban creando durante los asentamientos. Detallaron los tipos de materiales reciclados que podían usar y las maneras de transformarlos de manera precisa sin muchas maromas formales buscando la funcionalidad de estos. El 15M se convirtió en la imagen de las cooperaciones, de la recursividad y la creatividad en uno de sus mejores momentos de conversación, y al igual que en otras áreas del conocimiento replicó a través de los medios de comunicación, en forma de redes sociales, las prácticas de los arquitectos comprometidos con la causa común.


1.1      2012 Arquitectura viva 145. Colectivos españoles. Nuevas formas de trabajo: redes y plataformas

La revista Arquitectura Viva como detonante del Foro de colectivos de arquitecturaLa revista Arquitectura Viva ha sido desde 1988 una publicación  influyente en la cultura arquitectónica contemporánea, no sólo en España sino a nivel global, que ha marcado una tendencia y construido una constelación de “autores estrella de la arquitectura”[4] como figuras representativas en el ámbito mundial, y que la embiste como una institución que tiene experiencia y autoridad en la crítica de arquitectura. En octubre del 2012 la revista de Arquitectura Viva público su número 145 bajo el título de  “Colectivos españoles. Nuevas formas de trabajo: redes y plataformas”.

La publicación a la que hasta ahora nos hemos referido como un (1) artículo, se compone realmente de tres textos y un catálogo de 48 grupos que se denominan colectivos de arquitectura, y que la revista denominó como el Directorio de colectivos de arquitectura. 

En esta edición desde el editorial introductorio lanza la primera pregunta sobre la definición de qué es un colectivo, que luego el Foro de colectivos retomará de manera posterior a su publicación: (Un colectivo es) “el hecho de que los equipos, independientemente de su edad, sus sensibilidades afines o su lenguaje, se organicen según estructuras no piramidales, sino horizontales”. (Revista Arquitectura Viva, 2012). En otras palabras: grupos de trabajo con esquemas horizontales. Lo problemático de esta definición que luego será incorporada por el Foro, es que libera al colectivo de cualquier compromiso político y social de la producción y los limita a un formato o cuestión de practicidad.

El primer artículo “Colectivos necesarios” del arquitecto y director de la revista Luis Fernández Galeano despliega en este texto introductorio una serie de referencias históricas, personales y generacionales a partir de una serie de recuerdos de su juventud cuando también participó en un colectivo de arquitectura. Estos comentarios más que referirse a la construcción de edificios hacen alusión a una etapa de su vida donde tenía más energía que clientes y militaba políticamente con algún partido clandestino “de la izquierda extrema”.

Luego de estas referencias, plantea una pregunta de fondo formulada comparativamente, de dos maneras: “¿Son tan distintos los colectivos de hoy?” “¿Éramos tan diferentes entonces?” (Galeano, 2012); Se pregunta Galeano, haciendo un repaso de su época rebelde entre anécdotas rápidas y menciones de autores y políticos destacados. La repetición de estas preguntas y la conclusión de su texto, con la frase “Y sin embargo ha transcurrido una vida, y es necesario transitar de nuevo por esas rutas”, pueden interpretarse como el ejercicio retórico y condescendiente que pretende darle contexto al fenómeno actual de los colectivos. ¿La mirada de la experiencia tal vez da todo por hecho?, ¿pone en evidencia lo rancia que puede llegar a ser una visión que ya no quiere dejarse sorprender?

El artículo que sigue a esa introducción plantea una mirada más interesada y comprometida sobre los colectivos de arquitectura: Notas sobre el “bum”.  Los colectivos españoles, un ecosistema plural” de Iván López Munuera. El artículo plantea un contexto histórico de la situación española de los últimos años, que le abre paso a las prácticas de los colectivos de arquitectura de forma paralela a la burbuja inmobiliaria. Primero habla de un momento cuando la arquitectura y el urbanismo estaban en uno de sus mejores momentos prácticos de producción.

El efecto Guggenheim como el iniciador de esta práctica de reconfiguración geográfica, formas audaces versus dispendio económico, superficialización de la cultura, un fenómeno en realidad global y no específicamente de España. A esta línea se han intentado sumar otras prácticas estudios pequeños que desarrollan un lenguaje personal y una noción de cooperativa frente a estructuras de grandes corporaciones. Entre dinámicas especulativas de gran escala y acciones cooperativas de algunos arquitectos en España, críticos como Kenneth Framptom califica la ETSAM como la escuela más importante de Europa, se desarrollan exposiciones  como ON-SITE: NEW ARCHITECTURE IN SPAIN del curador Terence Riley en el MoMA.  (Munuera, 2012).

De manera paralela a este Bum de la construcción y la arquitectura, Munuera reconoce un “Bum” alternativo que desarrolla “una serie de prácticas que han venido sucediendo y que han propuesto, construido y debatido una multiplicidad de alternativas. Casos que no solo son testimoniales, sino realidades interconectadas en un contexto amplio. Un conjunto de prácticas que se ha intentado agrupar bajo el apelativo de “colectivo”, pero cuya definición del término –un grupo de individuos – no se ajusta del todo a la variedad de experiencias producidas…” (Munuera, 2012) Argumentando así que los colectivos no se iniciaron por la crisis o la necesidad de trabajo, sino desde el ejercicio de establecer una posición ética y política de los arquitectos para ejercer su oficio, en un momento de auge especulativo de la construcción.

La tradicional estructura de acceso a la arquitectura, basada en terminar los estudios académicos, trabajar durante años en un estudio con el que se establece una línea de continuidad conceptual para después abrir una oficina con el nombre de uno o varios socios con empleados, se rompe. Desde que tiene la titulación de arquitecto o incluso antes (gracias a la asociación con otros) comienzan a proponer proyectos.  (Munuera, 2012).

Esta ruptura viene desde los estudiantes de arquitectura y jóvenes arquitectos, que deciden emprender nuevas rutas, no contentos con el panorama establecido que los espera en el oficio. El reto sería entonces continuar, mantener, y documentar estas prácticas en el tiempo.

En el caso de los colectivos de arquitectura: Elaboran la concepción no jerarquizada del estudio (jefes-empleados) pero no se constituyen como una red de socios (algunos integrantes pueden estar más vinculados a un proyectos, otros no, la económica se discute en cada caso) sino una estructura abierta repensada en cada situación una manera de entender el intercambio (Munuera, 2012). Se pierde el interés por la verticalidad de la producción moderna y se despierta el interés por experimentar otras alternativas buscando esquemas de horizontalidad en la producción.

De este modo, la relación de los colectivos de arquitectura con la academia es fundamental,  como caldo de cultivo de nuevos cooperantes y como esfuerzos algunos profesores porque ¿hidratan? la experiencia académica, como el arquitecto Andrés Perea en la ETSAM: “con el grupo exploración proyectual, promovido por Andrés Perea… la formación del propio colectivo y la investigación como algo expandido, desde el VIC señalan la importancia de poder sumar diferentes actores en cada proyecto.” (Munuera, 2012). Se crean inquietudes desde la academia sobre otras formas de hacer que requieren otras sensibilidades del arquitecto, y que nos llevan a valorar la capacidad de comunicación en red como una de ellas.

Domenico Di Siena es conocido en el mundo de los colectivos debido a su participación activa en el grupo Ecosistema Urbano, y desde su actividad en redes sociales es identificado como activista urbano. Hace su aporte a la revista con el artículo “Creatividad horizontal - redes, conectores y plataformas” que posterior a esta publicación, re-publica en su blog de manera completa.

Di Siena plantea en su texto una reflexión desde la relación que existe entre la experiencia de la comunicación en el espacio virtual y los contenidos de arquitectura, situando a los estudiantes de arquitectura como aquellos empoderados de la Web: “Los estudiantes, antes que los estudios y otras entidades como los colegios, entendieron Internet como un nuevo medio donde experimentar con total libertad. En ese momento, se produce un primer paso hacia la conexión entre academia y sociedad civil” (Di Siena, 2012). Los estudiantes son los llamados a la experimentación entre arquitectura y redes sociales, haciendo grupos de estudios más preocupados por los contenidos de sus discusiones y planeando acciones en la escala 1 en 1 para manifestarse sobre el espacio.  

Según Domenico, en la década del 2000 se registran las primeras experimentaciones de acciones arquitectónicas  de los colectivos:

“Desde hace diez años la arquitectura ha estado presente en la Red en forma de páginas web  corporativas. Los blogs dedicados a nuestro sector eran casi inexistentes y las revistas especializadas todavía no habían detectado el potencial de este medio, pero los estudiantes entendieron Internet como el nuevo medio donde experimentar con total libertad. Los colectivos también fueron pioneros en usarlo como herramienta cotidiana. Un ejemplo muy claro ha sido Basurama, que desde sus inicios ha dedicado siempre mucha energía a documentar su trabajo en la Web, y que fue pionero en utilizar el video en Internet como acción crítica”. (Di Siena, 2012)

Aparecen nuevos formatos de representación que permiten ¿jugar con el espacio?: registrarlo, intervenirlo de distintas maneras o construirlo y narrarlo de otras formas que no dejan de ser disciplinares y hechas por arquitectos. Con el espacio Web se dinamizan los contenidos de arquitectura. Los estudiantes construyen sus propios contenidos, los comparten y los verifican, se crea una atmósfera de cooperativismos entre unos y otros, entre ciudades y países, todo esto desde las expresiones de comunicación que la Web permite.

Doménico, expone también en su texto, a manera de propuesta, algo que llama la plataforma en red casi enunciando la evolución de los colectivos de arquitectura:  

El modelo referencial está organizado alrededor del concepto “marca”, el formato plataforma genera incertidumbre. ¿Sabremos confiar en la reputación de una red de profesionales más que en un estudio-marca? ¿Seremos capaces de generar espacio de conexión horizontal pensando en la acciones, además del diálogo? Las respuestas pueden plantearse de acuerdo a dos  tendencias: una atañe a la ética profesional, ya que las actividades económicas comienzan a estar relacionadas con la ética personal y un modelo de vida más atento a las demandas de las comunidades; la otra apunta al surgimiento de un nuevo profesional que aunará la capacidad de gestionar el conocimiento con la de generar procesos de inteligencias colectiva.” (Di Siena, 2012)

Con estas afirmaciones, se entiende que el colectivo de arquitectura debe evolucionar a un sujeto que actúa en red que puede conectarse y cooperar con diferentes colectivos, abriendo un espació llamado inteligencia colectiva.

El número 145  de la revista Arquitectura Viva, presenta un panorama que deja en evidencia algunas relaciones críticas del fenómeno de los colectivos de arquitectura, los asuntos contextuales que los pueden explicar, y las relaciones con los avances tecnológicos de la comunicación que hibridan las tradiciones disciplinares con los lenguajes contemporáneos. Exigiendo otras formas de contar la historia de la arquitectura ya que las figuras del saber y el poder, que hasta el momento fueron los libros, los autores y sus obras, representaban un proceso de producción antipático.  Para ellos  se trata hoy de experimentar nuevas formas de hacer más cercanas a la calle, a la comunidad, nuevas formas de ser en la sociedad. Tal vez, en el caso de los colectivos de arquitectura la aparición de esta publicación representa lo que el periódico representó en los años 30s para la crítica literaria y la política según Walter Benjamin:

En Europa occidental, el periódico no constituye todavía un instrumento de producción eficaz en manos del escritor. El periódico pertenece todavía al capital. Ahora bien, puesto que, por una parte, el periódico representa, en términos de técnica, la posición literaria más importante, pero que, por otra, esta posición se halla ocupada por el adversario, no es sorprendente que la comprensión por parte del escritor de su condicionamiento social, de sus medios técnicos y su tarea política tenga que vencer enormes dificultades. (Benjamin, 1934)

La revista 145 no es un instrumento eficaz  a favor de los colectivos de arquitectura porque está ocupada por el espectáculo, la moda; hace parte del aparato que desarrolla la arquitectura del entretenimiento. Esto es lo que genera una sospecha crítica, resistente y activa en los colectivos protagonistas que se manifiesta en la proliferación de artículos que se derivan como respuestas a la publicación, y termina de constituir el corpus documental del Foro de los colectivos de arquitectura. A partir de esta conversación los colectivos dejan de ser noticia para constituirse en foro que expresa una renovación del  oficio en la cultura, debate y documento, que abre un discurso y unas prácticas puntuales desde los mismos sujetos inmersos en el fenómeno.


1.2      El foro de los colectivos de arquitectura en España 2009 - 2015

Entre las acepciones que la Real Academia Española de la Lengua le da a la palabra  “Foro” están: “3. m. Reunión de personas competentes en determinada materia, que debaten ciertos asuntos ante un auditorio que a veces interviene en la discusión. 7. m. En la antigua Roma, plaza donde se trataban los negocios públicos y se celebraban los juicios.” Estas definiciones nos explica este vocablo como la reunión de expertos sobre un asunto en un lugar, que tiene una tradición de intercambios sociales, comerciales y jurídicos. En el presente ensayo el término “Foro” se usa para describir el intercambio entre autores y grupos que desde el 2009 y hasta el 2015 escriben sobre los colectivos de arquitectura, que al mismo tiempo es la categoría crítica para nombrar el corpus documental, construido sobre los colectivos españoles de 2009 a 2015, en esta  investigación.

En el 2009 el Blog Arquitextonica.net del arquitecto Miguel Villegas Ballesta había publicado La conjura de los necios… ¿o son solo inadaptados?,  empezando a señalar las condiciones y relaciones de la crítica de arquitectura con la Web. En este artículo se hace referencia a una video-entrevista que el colectivo Basurama le hace al arquitecto Iñaki Ábalos.

En el año 2012 el periódico El País publica un artículo titulado “Tras el tsunami de la crisis” de la periodista Anatxu Zabalbeascoa que anuncia el giro social representado en los colectivos de arquitectura: “Colectivos españoles como Zuloark, Paisaje Transversal o los pioneros Recetas Urbanas tienen intereses más amplios que la construcción de edificios y una preocupación por la vida de sus conciudadanos que les lleva a encarnarse en la figura del arquitecto social”.

La reacción de los colectivos de arquitectura en los blogs a la publicación 145 fue inmediata. Una búsqueda simple en el navegador y se encuentra 15 artículos que en gran parte se refieren directamente a la revista. El foro se constituyó en dos canales los tradicionales como la revista de Arquitectura Nueva, y el periódico El País con autores como Anatxu Zabalbeascoa y Josep Maria Montaner. Asimismo, y como protagonistas de su quehacer están los blogs, sitios o plataformas Web de los propios colectivos como: el blog de Paisaje Transversal, la página del colectivo Todo Por La Praxis, Blog de la Fundación Arquia, y la revista digital Arquitextonica.net.  En  recuento son al menos 16 espacios virtuales que albergan los 33 artículos.

Los asuntos de los que trata el foro son:
     Los colectivos construyen sus propios medios de circulación.
     Sus aliados son las organizaciones sociales y culturales, desarrollan proyectos mediante la autogestión y dineros públicos.
     Los colectivos no están constituidos como un modelo de negocio. No obstante, la  discusión sobre la sostenibilidad económica de sus integrantes es un tema relevante para estos grupos.
     La producción de proyectos en situación de precariedad económica desarrolla su capacidad para trabajar con los materiales y las herramientas que tienen a la mano.
     Las prácticas de los colectivos tienen también un propósito pedagógico donde todos aprenden algo mediante la autoconstrucción.
     Los colectivos hacen parte de la realidad social actual, como modelos prácticos para afrontarla.
     Los colectivos de arquitectura  alienan al individuo. 
     El arquitecto activista hace parte de los colectivos de arquitectura.
     Los colectivos de arquitectura  trabajan en red en búsqueda de inteligencias colectivas.
     Los colectivos son parte de la contra cultura.
     Los colectivos buscan mediante sus prácticas una manera de establecer una agenda común (sin fagocitar o anular completamente las agendas particulares)?
      Los colectivos se preguntan sobre las formas de abrir-compartir-producir-distribuir recursos y capitales.

Posiblemente hasta que la revista propuso su mirada sobre los colectivos, estos grupos no habían tenido antes una discusión tan amplia, registrada y documentada al respecto: “deriva del hacer, que generamos mucho ‘ruido’, que somos grandes productores-emisores de contenido, pero no nos paramos lo suficiente a escuchar” (Amaste, 2012).  Hoy los colectivos siguen escribiendo pero el 2012 fue el año donde se dieron el tiempo para hacer sitio y evaluarse. A partir de 2012 los colectivos han comenzado a evaluarse a sí mismos.

1.3      La forma dialéctica  en las tres escalas de acción los colectivos de arquitectura

La construcción de discurso que hacen los colectivos de arquitectura está mediada por la comunicación entre  dos ámbitos el local y global, gracias a los avances tecnológicos de la Web y sus dispositivos. La presencialidad de las prácticas representada en la autoconstrucción va acompañada por la necesidad de registrar cada instante de la experiencia colectiva, con el objetivo de documentar y compartir el conocimiento experimentado; tejiendo el discurso de las prácticas frente a la creación de contenidos y la producción en la discusión entre pares o comunes territoriales, tanto como la red de cooperaciones que trasciende el ámbito local.

Esta construcción de discurso se desarrolla entonces en tres escalas siempre relacionadas en los ámbitos local y global. Estas definen el lugar donde se desarrollan proyectos, el escenario donde se da el debate crítico de sus prácticas y representaciones, para luego terminar en los aparatos de gestión y cooperación internacionales. Las tres escalas del discurso de los colectivos de arquitectura son: La práctica 1 en 1,  el Territorio próximo, los Intercambios  internacionales.
  
La escala 1 / La práctica 1 en 1
Es la escala de la técnica, donde se evidencia la experiencia de la autoconstrucción como uno de los factores diferenciadores de las otras maneras de hacer arquitectura contemporánea, llevando los proyectos a una escala pequeña que en ocasiones se desarrolla con materiales reciclados. Son proyectos que se comparten como prototipos de código abierto y que se replican, adaptan y reproducen creando redes de cooperaciones transpresenciales.

Arquitectura de acción sobre el espacio que busca activarlo y reprogramarlo mediante acciones específicas de autogestión como huertos comunitarios, espacios de encuentro, foros, mobiliario multiuso. Esta forma de hacer arquitectura se caracteriza por su producción de bajo costo, la experimentación de detalles contractivos con materiales reciclados, el uso de materiales cercanos a los lugares de acción.

Un ejemplo de este tipo de producción se puede entrever en las definiciones que hace el colectivo Todo por la praxis sobre su práctica:
·         Visibilización: agit pro, arquitectura de guerrilla.
·         Vacíos Urbanos Autogestionados VUA: activación de solares, huertos urbanos y jardines comunitarios.
·         Acupuntura Urbana: activación de espacios públicos en desuso, empoderamiento ciudadano y apropiación
·         Recursos colectivos: prototipos, arquitectura de código abierto, recursos distribuidos open source.
·         Dispositivos móviles: mobiliario, infraestructura portátil, equipamiento móvil.
·         Transformaciones Urbanas Participativas: reutilización colectiva de recursos urbanos inutilizados, edificios vacíos o en desuso, esqueletos urbanos, economías cooperativas” (Todo por la Praxis, 2012)

La producción a esta escala no se concibe como un objeto sino como un proceso abierto, que invita directamente a cooperar, y aunque tiene un inicio y final, esta última etapa no se asume como terminación pues la producción continúa a través del aprovechamiento de los materiales y sus posibilidades de re-uso. La práctica de producción técnica 1 en 1 para el colectivo también es el ejercicio retórico que construye la voluntad común de los inquietos, porque los colectivos, como lo resume Zuloark,  “preferimos ‘hacer’ que ‘ser’”.

La escala 2/ Territorio próximo
No es la escala de un territorio físico inmediato, que en todo caso sería para los colectivos el contexto más físico y material de la producción 1 en 1, para una comunidad, con una comunidad o en una comunidad.

Es el territorio de construcción de una identidad respecto a la arquitectura y a la cultura, con signos, imágenes, estéticas, principios y formulas comunes. Es la construcción de contenidos locales que permiten desarrollar definiciones características de la producción local, desde construir medios de comunicación propios hasta el debate sobre la preguntas por la sostenibilidad de sus prácticas en el futuro.

Un ejemplo de esto son los 34 artículos sobre los colectivos en España, donde se puede sustraer la posición discursiva y crítica sobre la producción que ellos mismos hacen en modo autorreferencial. Se relaciona también con la construcción de un lenguaje compartido que los colectivos desarrollan sobre sus propios contenidos, que dinamizan a través de sus medios de documentación y comunicación, y donde evidencian las similitudes y diferencias que tienen con la tradición de la arquitectura.

La arquitectura hace de la imagen una herramienta para proyectar ideas e imaginarios del espacio. No obstante los colectivos usan este recurso de manera diferente, acentuando el tono crítico a través de la yuxtaposición de la rigurosidad técnica arquitectónica, el arte, la fotografía y la pintura, con el sentido del humor y las  referencias populares  representadas en Memes[5].
El Foro de los colectivos de arquitectura es el ejemplo de esta escala del discurso donde se construye las referencias teóricas y prácticas que hoy permiten estudiar los colectivos en España y que abre un espacio en la historia de la arquitectura de ese país e influye en otros países como “Fórmulas para afrontar la actualidad.” (Sánchez, 2014). Dentro del Foro los colectivos exponen los aspectos esenciales de su producción que es más eficiente y contextualizada para las comunidades porque ellas son las co-protagonistas de las etapas de diseño, construcción y ocupación de los espacios junto a los arquitectos. Estas prácticas construyen otras relaciones con el capital a partir de la autogestión de los materiales que van desde el aprovechamiento de residuos (reciclaje), el financiamiento colectivo y la identificación de problemáticas sobre el espacio en los escenarios de participación comunales.

Los colectivos son: Prácticas que toman parte en la construcción de la ciudad al tiempo que expanden y redefinen sus formas de gobernanza. Una amplia geografía de espacios gestionados por los vecinos y habitantes ha emergido en Madrid en los últimos años, y en ella hay un actor de relevancia (no el único) que ha aportado una singular experticia material y sensibilidad urbana: los llamados colectivos de arquitectura, una denominación que señala a agrupaciones de jóvenes (normalmente) arquitectos/as (aunque no únicamente) surgidas en la última década. (Estalella, 2015).

Entre la Escala del territorio próximo y la Práctica 1 en 1 se identifican los valores de la producción y la crítica del fenómeno colectivo a través de las prácticas y los debates de los arquitectos impulsores de esta perspectiva, que marcaron los acontecimientos importantes para esta pequeña historia. Tal y como lo menciona Pepe Martínez[6] en el artículo que publicó en su blog con el título Arquitectura Viva 145; El Club de Debates Urbanos[7] es considerado el abuelo de estas prácticas, y el arquitecto Santiago Cirugeda es el maestro de la resistencia. Ambos evolucionaron e inspiraron a colectivos de arquitectura como Basurama, entre otros grupos que hacen parte de este Foro.
  
La escala 3 / Intercambios  internacionales
Es la circulación del discurso en el escenario internacional, donde las prácticas locales trascienden y se convierten en documentos del conocimiento vivido y replicado a través de la escala 1 en 1 y el escenario definido en la escala de los comunes. Los colectivos de arquitectura construyen sus propias redes de cooperaciones que permite la gestión de intercambios, talleres y compartir el conocimiento con otros gestores culturales, museos, universidades y todas las instituciones que sean mediadores de agendas colectivas.

Los contenidos que producen los colectivos son también espacios donde el arquitecto proyecta, diseña y construye, ya no en términos del mundo análogo sino en la dimensión virtual, como recursos que tienen a la mano y que les permite a partir de las características de la Web comunicar sus posturas y prácticas en un lenguaje multimedial, hipertextual e interactivo, y sobre todo, común, a partir de tres cuestionamientos clave: ¿Qué es un colectivo? ¿Qué arquitectura hace? ¿Para qué y quienes lo hacen?

El formato que toma esta escala es el de la comunicación Web distribuida y activa. La interfaz, de la cual podemos hacer una analogía con los Congresos Internacionales de Arquitectura Moderna y su manera de propiciar el encuentro y las discusiones sobre el urbanismo y arquitectura en función de las problemáticas de su época, sirve para definir los  tópicos de acción y construir un lenguaje global de las prácticas, puestas a prueba en sus en sus propios territorios.

En los colectivos de arquitectura este encuentro equivale a espacios Web como Arquitecturas Colectivas[8] que funciona en forma de una red de proyectos colectivos donde se  comparten las prácticas de autogestión y resistencia urbana en sus entornos inmediatos. “La red Arquitecturas Colectivas nació del encuentro que se celebró entre diversos colectivos en Córdoba en septiembre de 2007, a partir de la propuesta Camiones, Contenedores, Colectivos de Santiago Cirugeda”.  Esta red se fue configurando con el tiempo como una plataforma de cooperación internacional que hasta el 2015 notifica 111 iniciativas registradas aproximadamente de diferentes parte del mundo en: Europa, 97 proyectos; Suramérica, 8 proyectos; Centro América, 5 proyectos; Norte América, 1 proyecto. Allí se pueden encontrar referenciados grupos como Basurama, Zuloark y  Recetas Urbanas.

Todo parte de la práctica a escala 1 en 1 como la base donde se experimenta otras formas de hacer arquitectura y que se documenta para luego llamar a debate, para compartir y evolucionar la técnica y la experiencia de producción. Este intercambio permite desarrolla lenguajes y cooperaciones en los territorios próximos a las practicas porque son varios lo que hacen cosas y estos mismo son los que las discuten, creando sus propios medios para hacer circular esa producción en sus territorios. Esa circulación alcanza el punto de una tercera escala, las cooperaciones internacionales, donde se pueden intercambiar todas las experiencias y los conocimientos documentados más allá del territorito próximo.  

Estas tres escalas describen la forma de producción y circulación del discurso de los colectivos, y su  voluntad común en la dinámica local-global, dando a conocer en la agenda pública los procesos y las maneras de hacer arquitectura desde la base, valorando la resistencia y transformando la profesión arquitectónica tradicional subsumida en el mercado. En estas formas alternativas se puede reconocer el momento de una crítica a las funciones de la figura del autor en arquitectura que hoy se identifican con el espectáculo y el gran capital. Las prácticas de los colectivos se acomodan a las necesidades y características del lugar, hacen sitio e intentan  renovar el deber ser y el quehacer de la profesión.

MUESTRA GRÁFICA:




















[1] SEN Amartya. Commodities and Capabilities. 1985.
[2] GUMUCIO Dragón, Alfonso. El cuarto mosquetero. 2004
[3] http://www.democraciarealya.es/manifiesto-comun/
[4]  Star system, término usado por críticos como Beatriz Colomina y William Curtis para hacer referencia al mercado internacional de la arquitectura como marca y la figura social de los arquitectos que están inmersos en él. Ver por ejemplo el artículo  publicado en el diario El País, La crisis del 'star system' de William J. Curtis del 12 de Abril de 2008: “En este sistema, la arquitectura pierde el alma y se vulgariza como una forma de publicidad”   (2016, 25 de abril). Periódico El País. Fecha de consulta: 15:11, abril 25, 2016 desde: http://elpais.com/diario/2008/04/12/babelia/1207957150_850215.html 
[5] Meme:El término meme de Internet se usa para describir una idea, concepto, situación, expresión manifestado en cualquier tipo de medio virtual, cómic, vídeo, textos, imágenes y todo tipo de construcción  multimedia que se replica mediante internet de persona a persona hasta alcanzar una amplia difusión.1 Los  memes pueden propagarse mediante un hipervínculos, foros, imageboards, sitios web y cualquier otro difusor masivo, sobre todo, como lo son hoy en día las redes sociales. El concepto de meme se ha propuesto como un posible mecanismo de evolución cultural.1 Las estrategias publicitarias de mercadotecnia viral se basan en la propagación de memes para promocionar un producto o concepto.
Memes: (2016, 23 de marzo). Wikipedia, La enciclopedia libre. Fecha de consulta: 09:02, marzo 23, 2016 desde https://es.wikipedia.org/wiki/Meme_de_Internet
[6] Blog personal:  http://pepinomartini.blogspot.com.es/  Fecha de consulta: 11:00, febrero 23, 2016
[7] Club de Debates Urbanos: “Hace ya dieciocho años, un grupo de arquitectos, relacionados con la ciudad, junto a otros profesionales, entendimos que debíamos afrontar esa situación, que no podíamos resignarnos a la indiferencia y el desánimo que iban extendiéndose en la hasta entonces pujante vida cultural y en las entidades ciudadanas que habían protagonizado la recuperación democrática madrileña. La motivación inmediata fue un acontecimiento catastrófico, que, por su propio estrépito, no sólo concitó la atención sobre él, sino que “iluminó” también el territorio al que surgía, en todas sus quiebras, sus desgastes, que hasta entonces no habíamos llegado a percibir en toda su extensión. Ese acontecimiento fue la llamada Reforma (perforada) de la Plaza de Oriente, propulsada por el Ayuntamiento en 1992.”
Página Web http://clubdebatesurbanos.org Fecha de consulta: 10:32, febrero 23, 2016
[8] Arquitecturas Colectivas es una red de personas y colectivos interesados en la construcción participativa del entorno urbano. Esta red proporciona un marco instrumental para la colaboración en diferentes tipos de proyectos e iniciativas. Desde sus inicios en 2007, la red ha ido creciendo mediante las aportaciones de diversos agentes, habitantes inquieto@s, activistas urbanos, alumn@s y docentes, artistas y gestores culturales, paisajistas y ecologistas, urbanistas y arquitect@s, politólog@s y juristas, antropólog@s y sociólogos, hackers y cooperativistas..., en definitiva, un amplio abanico de seres humanos, con ganas de sentir un poco más próximo el medio en el que habitamos. Página Web http://arquitecturascolectivas.net/ayuda  Fecha de consulta: 11:30, febrero 23, 2016


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